¿Cómo lidiar con un niño de 9 años que tiene berrinches?
El Dr. Skinner explica que las rabietas son bastante comunes en los niños de nueve años y que cierto nivel de arrebatos emocionales es normal desde el punto de vista del desarrollo. En lugar de reaccionar con alarma, anima a los papás a reconocer primero esta normalidad.
Él enfatiza la importancia de comprender qué es lo que provoca la rabieta, señalando que “siempre hay una historia detrás”. Una rabieta puede estar causada por el cansancio, la frustración, no salirse con la suya o incluso por un comportamiento aprendido que se utiliza para llamar la atención. Aunque los padres no siempre conocen la causa exacta, a menudo conocen lo suficiente a sus hijos como para identificar los posibles desencadenantes.
El Dr. Skinner analiza varias respuestas posibles —tiempos muertos, consecuencias o sentarse con el niño— y señala que cada una de ellas puede ser eficaz dependiendo de la situación. Su enfoque preferido es acercarse al niño y ayudarlo a expresar lo que le molesta. Anima a los papás a mostrar curiosidad en lugar de reprimir inmediatamente el comportamiento.
Explica que sentarse con el niño, hacerle preguntas y ayudarle a expresar sus sentimientos puede favorecer la conciencia y el control emocional. Si el niño es incapaz de calmarse, puede seguir siendo apropiado imponerle un tiempo fuera, pero enmarcado como una forma de ayudarle a controlar sus emociones y no como un castigo.
El Dr. Skinner también destaca la importancia de mantener la calma. El tono de voz, el lenguaje corporal y las expresiones faciales de los padres pueden agravar o calmar la situación. Mostrar un comportamiento tranquilo puede ayudar al niño a controlarse mejor en los momentos emocionales.