¿Cómo puedo ayudar a mi hija que se autolesiona?
Cuando un niño se autolesiona, a menudo está relacionado con la ansiedad y con no saber qué hacer con el dolor emocional interno. Aunque es comprensible que este comportamiento resulte aterrador para los padres, una de las cosas más importantes que podemos hacer es ayudar al niño a comprender lo que está sucediendo en su interior.
Por lo general, hay una fuerte sensación de estrés interno, angustia o ansiedad. El cuerpo puede experimentar una breve sensación de alivio por el comportamiento, pero ese alivio suele ir seguido de vergüenza o culpa. Entonces, el niño siente la necesidad de ocultar lo que está pasando, lo cual no es lo que queremos que haga desde el punto de vista de la salud mental y el bienestar.
Lo que esperamos es que, cuando un niño sienta la necesidad de autolesionarse, tenga un recurso —alguien con quien hablar, como un padre, un maestro, un adulto de confianza o un amigo— en lugar de lidiar con la ansiedad por su cuenta. Desafortunadamente, muchas personas que se sienten abrumadas o ansiosas tienen miedo de abrirse a los demás porque les preocupa que las juzguen o las malinterpreten.
Es importante ayudar a los niños a sentirse apoyados en lugar de avergonzados por su comportamiento. Necesitan saber que tienen a alguien con quien hablar y que les ayude a comprender lo que está sucediendo en su cuerpo. A menudo, las autolesiones se producen cuando alguien no sabe cómo lidiar con un dolor emocional intenso. Por eso es tan importante desarrollar habilidades adicionales para afrontar la situación.
Por ejemplo, algunas personas crean una lista de reproducción con música relajante que les ayuda a relajarse. Otras aprenden ejercicios de respiración, escuchan meditaciones guiadas o practican ejercicios básicos de conexión con la tierra. Estas herramientas ayudan a regular las emociones.
Cuando alguien se siente ansioso o abrumado, el cuerpo suele entrar en una respuesta de lucha, huida o paralización. La ansiedad suele activar la respuesta de lucha o huida, y la respuesta de “lucha” puede expresarse a través de la autolesión. Aprender a ralentizar esa respuesta y regular las emociones, reduciendo la intensidad, puede ser muy útil y eficaz.
La regulación emocional es una habilidad valiosa para todos. La autolesión se entiende mejor como una estrategia de afrontamiento, no como una definición de quién es el niño. No significa que sean malos, sino que están sufriendo emocionalmente. Aprender formas más saludables de expresar y manejar esas emociones es una habilidad que se puede desarrollar.
