Buenos dias. Tengo una nueva pregunta que quiero responder hoy. La pregunta es:
“¿Cómo hago para que mis hijos usen voces internas? Nunca me escuchan”.
Amo esta pregunta. Esto puede ser muy difícil y es un maravilloso ejemplo del poder de los límites y el cumplimiento. Entonces, por lo general, cuando tenemos una situación en la que los niños no responden a lo que les pedimos, puede significar que no estamos cumpliendo con las consecuencias de los comportamientos.
Entonces, el trabajo de los niños es empujar nuestros límites. Esa es su proclividad natural. Están aprendiendo a seguir las reglas y a ser respetuosos, por lo que nuestro trabajo como padres es pensar con anticipación qué límites son importantes para nosotros y luego conectarlos con las consecuencias apropiadas. Y luego, cuando los niños, como era de esperar, crucen la línea, lo harán, para cumplir con las consecuencias, con calma y amor, pero de manera constante. Entonces, por ejemplo, si el uso de voces internas en la casa es algo que tiene una alta prioridad para enseñar a sus hijos, entonces querrá pensar de manera avanzada sobre cuál desea que sea la consecuencia natural.
Si optan por no usar voces internas, es posible que necesiten ponerse una chaqueta y salir, incluso si hace frío y no quieren. Si decidiste que esa era la consecuencia que querías usar, lo ideal sería que los niños lo supieran con anticipación y simplemente dijeras:
“Si eliges usar voces externas en el interior, yo elegiré hacerlo, o tu consecuencia será que tendrás que salir a jugar, para usar esas voces externas durante los próximos 15 o 30 minutos”.
Ahora, obviamente eso no es un castigo, no queremos hacer que salir a jugar sea un castigo. Es solo una consecuencia natural de usar voces externas en el interior. Esa sería una forma posible de conectar el comportamiento con una consecuencia. Y, entonces, la próxima vez que el niño use la voz externa en el interior, luego como padre, la clave es seguir adelante cada vez que se cumpla esa consecuencia, pase lo que pase. Entonces, eso significaría con mucha calma, con mucho cariño, decir la pequeña Suzy, el pequeño Johnny, el pequeño Enrique, el pequeño cualquiera que sea el nombre de tu hijo.
“Veo que eligió usar una voz externa en el interior y. Como recordará, lo que eso significa es que está eligiendo salir durante los próximos 15 minutos. Así que, por favor, vaya a buscar su chaqueta y salga”.
Y luego el niño dirá:
“No quiero, quiero quedarme adentro. Quiero jugar a mi Game Boy. No creo que eso sea justo”.
Y como padre, sé un disco rayado:
“Escuché que no crees que eso es justo. Lamento que hayas elegido esa consecuencia. Entiendo que estás frustrado. Por favor, toma tu chaqueta y sal afuera”.
Y sea coherente. Mantén la calma y sigue adelante. La razón, por lo general, por la que los niños no logran conectar su comportamiento con una consecuencia es porque quizás no siempre hemos cumplido con la opción correctiva para ayudarlos a conectar el comportamiento con el resultado.
Y por eso espero que sea de ayuda. Y muchas gracias por enviar esta pregunta.