No estoy seguro de la cuestión de obligar a un niño a asistir. Yo personalmente no obligaría a mi hijo a hacerlo. Si fueran amigos y tuvieran una relación con esta persona, les preguntaría qué les parece ir al funeral. Hay otros factores a tener en cuenta, como la relación con su hijo y cómo podría influirle. Es importante mantener una conversación abierta. Puedes preguntar a tu hijo cómo se siente ante el suicidio consumado de esta persona y cómo le afecta a él como compañero.
Queremos dar un lenguaje a las experiencias difíciles en lugar de ignorarlas. Quiero que mi hijo sepa que puede venir a hablar conmigo en cualquier momento. Los pensamientos suicidas entre los jóvenes han aumentado considerablemente, por lo que es importante hablar de cómo les afecta el suicidio de un compañero. Las conversaciones abiertas profundizan las relaciones y permiten la comprensión emocional, en lugar de vivir en la superficie.
Tenemos que mejorar como cultura a la hora de mantener conversaciones emocionales, incluso cuando son difíciles. Inclinarnos hacia estas conversaciones nos hace más fuertes. Pregúntele a su hijo cómo entiende el suicidio y comparta también sus sentimientos. Anímale a que acuda a ti si tiene pensamientos similares para que podáis trabajar juntos.
En última instancia, más que centrarse en obligar a un niño a asistir a un funeral, la prioridad es la conversación, la comprensión y el apoyo entre padres e hijos. Como padre, usted también necesita procesarlo y darle sentido para poder hablarlo abiertamente con su hijo.
