¿Cómo tratar a un niño desafiante que no quiere hacer lo que le pides?
Bueno, eso es bastante normal, ¿verdad? La mayoría de nosotros, cuando se nos pide inicialmente que hagamos algo, nuestra primera respuesta es: "No quiero hacer eso". Así que no debería sorprendernos que un niño reaccione de la misma manera, ya sea que no quiera lavar los platos, limpiar su habitación, comer brócoli o hacer los deberes. Es parte del ser humano.
Entonces, ¿qué hacemos? Lo abordamos con amor.
Piensa en la tarea que quieres que hagan. Si se trata de fregar los platos, ¿puedes hacer que lo hagan ellos solos? Probablemente. Pero, ¿y si, en lugar de eso, te centraras en construir una relación mejor?
Podrías decir: "Oye, ¿por qué no fregamos los platos juntos y jugamos a algo?". Quizá empezar una historia: "Érase una vez..." e invítales a añadir algo. Si se resisten, puedes continuar: "Érase una vez en una tierra muy, muy lejana, un gran dinosaurio. ¿Cómo era de grande?". Esto convierte la tarea en algo atractivo.
Lo he hecho con mis propios hijos. Cuando no querían fregar los platos, yo les ayudaba y me inventaba un cuento mientras trabajábamos. Cuando terminábamos, no solo teníamos los platos fregados, sino también una historia divertida.
Puedes utilizar el mismo método para los deberes. Siéntate con ellos y pon un cronómetro para 15 minutos. Diles: "Vamos a trabajar los dos durante 15 minutos y luego comprobamos cómo lo hemos hecho". De este modo, modelarás el comportamiento y lo convertirás en una experiencia compartida en lugar de una mera exigencia.
Para limpiar su habitación, conviértelo en un juego: "¡A ver lo rápido que lo hacemos!". Aunque esto puede no funcionar con un adolescente, es estupendo para los niños más pequeños. La clave es hacerlo lúdico e interactivo.
El objetivo principal es la relación antes que las normas. Cuando nos centramos primero en la conexión, es más probable que obtengamos resultados positivos.