¿Cómo disciplinar a un niño muy sensible sin que se cierre en banda y se vuelva rebelde?

Por lo general, lo que intentamos hacer es inculcarles respuestas a sus preguntas. No podemos evitar la disciplina —necesitamos enseñarles pautas—, pero queremos hacerlo de una manera que apoye al niño.

Comenzamos por tener conversaciones cuando todo está tranquilo, cuando nadie está molesto, enojado o actuando de manera inapropiada. Creamos un espacio para hablar sobre los comportamientos que hemos observado y que no se ajustan a las pautas o reglas familiares. En ese ambiente tranquilo, podemos decir: “Hablemos de lo que sucede cuando se presenta esta situación”.”

Los niños muy emocionales suelen saber cuándo han infringido las reglas. Pueden sentir que han decepcionado a sus padres o que se meten con ellos, lo que aumenta su ansiedad, especialmente en lo que respecta al rechazo o al juicio social.

La pregunta clave es: ¿Podemos mostrar amor y seguir siendo estrictos? La respuesta es sí, pero es posible que estos niños no siempre sientan el amor que hay detrás de la corrección. Es posible que solo sientan la disciplina.

Nuestro objetivo es ayudar al niño a sentirse querido y valorado, al tiempo que aprende a respetar los límites adecuados. Una pauta general es la relación antes que las normas. Trabajamos continuamente en la relación, haciéndoles saber que son amados, al tiempo que reforzamos la estructura y las pautas dentro de la familia.