El Dr. James Berry explica que la adicción tiene sus raíces en el sistema de recompensa del cerebro, donde las actividades que liberan dopamina, como comer o hacer ejercicio, nos hacen sentir bien de forma natural y refuerzan los comportamientos positivos. Sin embargo, sustancias como las drogas crean "recompensas artificiales", liberando grandes cantidades de dopamina que pueden anular los circuitos de recompensa naturales del cerebro. Esto reconfigura el cerebro y lleva a las personas a dar prioridad al consumo de drogas frente a las necesidades básicas. La adicción suele comenzar como una forma de hacer frente a un trauma o a un dolor emocional, por lo que resulta difícil liberarse de ella. El Dr. Berry subraya que la adicción no es sólo una cuestión de fuerza de voluntad, sino un proceso complejo en el que influyen la química cerebral, los traumas y la exposición temprana a sustancias.