Cómo ayudar a un ser querido con depresión

La depresión es una enfermedad mental compleja y difícil que afecta a millones de personas en todo el mundo. Si conoces a alguien que sufre depresión, tu apoyo y comprensión pueden ser un salvavidas en su camino hacia la curación. 

1. Infórmate sobre la depresión

Informarse sobre la depresión es un primer paso crucial para proporcionar un apoyo significativo a los seres queridos que la padecen. Al dedicar tiempo a comprender la depresión, usted se dota de los conocimientos necesarios para ofrecer un apoyo informado y empático, evitar ideas erróneas y estereotipos comunes y abordar el tema con sensibilidad y compasión. 

Además, puede reconocer más fácilmente incluso los signos más sutiles de la depresión, por lo que puede ofrecer apoyo desde el principio. Investigar y compartir los recursos disponibles, los tratamientos de la depresión y las redes de apoyo puede ayudarles en su camino hacia la recuperación. Al informarse, se convierte en un valioso aliado para acabar con el estigma que rodea a la depresión y ayudar a sus seres queridos a acceder a la ayuda que necesitan para curarse.

2. Practicar la escucha activa

Cuando un ser querido te habla de su depresión, es fundamental que le prestes toda tu atención sin juzgarle. Deja que exprese sus sentimientos, pensamientos y preocupaciones. Escuchar activamente implica no sólo oír sus palabras, sino también prestar atención a su lenguaje corporal y sus emociones. Esto puede ayudarte a comprender la profundidad de su sufrimiento y ofrecerle el apoyo que necesita.

Resista la tentación de dar consejos no solicitados o soluciones rápidas. En su lugar, haz preguntas abiertas que les animen a compartir más sobre sus experiencias. Al validar sus emociones y crear un espacio seguro para que se expresen, puedes fomentar un sentimiento de confianza y conexión, que es esencial para cualquier persona que se enfrente a la depresión.

3. Fomentar el autocuidado y la autocompasión

Una persona que sufre depresión puede descuidar su bienestar físico y emocional, y su amable estímulo puede marcar una diferencia significativa. Puedes animarles a que tomen el aire y hagan ejercicio, coman de forma equilibrada y duerman lo suficiente. También puedes ofrecer tu apoyo en estas actividades, como salir a pasear juntos o cocinar comidas nutritivas.

Además, haga hincapié en la importancia de la autocompasión. La depresión puede llevar a menudo a la autocrítica y a pensamientos negativos. Anímales a que se traten a sí mismos con la misma amabilidad y comprensión con la que tratarían a un amigo que se enfrenta a una situación similar. 

4. Evitar el lenguaje estigmatizante

El estigma a menudo surge de ideas erróneas y estereotipos sobre la depresión, y las palabras que utilizamos pueden empeorarla o ayudar a disipar creencias perjudiciales. Es importante abstenerse de utilizar frases como "espabila" o "todo está en tu cabeza". Afirmaciones como éstas no sólo trivializan la gravedad de la depresión, sino que también dan a entender que la persona puede controlar su estado sólo con su fuerza de voluntad. 

En su lugar, elige palabras que muestren empatía y apoyo. Utiliza frases como "estoy aquí para ti", "entiendo que es un momento difícil" o "estoy aquí para escuchar". Utilizando un lenguaje sensible y respetuoso, ayudarás a derribar barreras y a crear un entorno en el que se sientan cómodos buscando ayuda y hablando de su experiencia.

5. Paciencia

La recuperación de la depresión puede ser lenta, con sus altibajos. Ser paciente significa comprender que puede haber retrocesos, recaídas y periodos de aparente estancamiento en su camino. La forma en que puedes ayudar es simplemente proporcionando un apoyo inquebrantable, no importa el tiempo que lleve.

La paciencia también incluye la forma en que respondes a sus emociones y acciones. La depresión puede manifestarse con irritabilidad, retraimiento y apatía, que a veces resultan difíciles de manejar. En lugar de frustrarte, recuerda que estos comportamientos suelen ser síntomas de su enfermedad, no ataques personales. Si abordas sus dificultades con paciencia y comprensión, crearás un espacio seguro para que expresen sus sentimientos sin temor a ser juzgados.

6. Regístrese regularmente

La depresión puede ser una experiencia aislante, y los afectados no siempre buscan ayuda. Si te pones en contacto con ellos de forma proactiva, les demuestras que te importan y que estás ahí para ellos. Este acto puede ser reconfortante y tranquilizador, ya que les recuerda que no están solos en su lucha.

Cuando te registres, aborda la conversación con empatía y sin juzgar. Cree un espacio seguro y no conflictivo para que expresen sus pensamientos y emociones. Tu presencia constante, tu paciencia y tu comprensión pueden ser una fuente crucial de apoyo.

7. Respetar sus límites

Aunque es importante ofrecer tu presencia y apoyo, es igualmente vital reconocer y respetar su necesidad de espacio personal. Comprender sus límites demuestra que reconoces su derecho a tomar decisiones sobre su propio bienestar. Esto incluye no aparecer inesperadamente ni llamar de improviso. Presiones inesperadas como éstas pueden aumentar la ansiedad de una persona y empeorar potencialmente sus síntomas de depresión.

Además, respetar los límites significa no empujarles a situaciones o actividades con las que no se sientan cómodos. No le exijas nada ni le impongas expectativas poco realistas. En lugar de eso, deja que sean ellos quienes decidan con qué se sienten cómodos y con qué no. Esto puede contribuir a su sensación de control y empoderamiento, lo que puede ser beneficioso en su proceso de recuperación.

8. Ofrecer ayuda práctica

La ayuda práctica puede consistir en ayudar con las tareas domésticas, cocinar o hacer recados. Asumiendo estas responsabilidades, puedes aliviar algunas de las cargas a las que pueden estar enfrentándose y liberar energía mental y emocional para su recuperación.

Sin embargo, es esencial ofrecer esta ayuda de forma no intrusiva y respetuosa. Pregúnteles con qué tareas o recados concretos agradecerían ayuda, en lugar de asumir que usted sabe lo que es mejor y hacerlos sin permiso ni invitación. A veces, las personas con depresión pueden sentirse culpables por necesitar ayuda, por lo que es importante asegurarles que está bien apoyarse en su red de apoyo durante los momentos difíciles.

9. Reconocer los signos de crisis

Reconocer cuándo la depresión se convierte en una crisis es de suma importancia, ya que una intervención a tiempo puede salvar vidas. Algunos signos de que la depresión ha alcanzado un punto de crisis incluyen sentimientos extremos de desesperanza, inutilidad y desesperación, así como la expresión de pensamientos de autolesión o suicidio. Otros indicadores pueden ser un cambio repentino en el comportamiento, como un mayor aislamiento, una pérdida significativa de interés por las actividades, un retraimiento de las interacciones sociales o un descenso drástico del estado de ánimo y la energía.

Si observas que un ser querido habla de autolesionarse o suicidarse o muestra signos de ello, tómatelo en serio y busca ayuda inmediatamente. Anímale a buscar ayuda profesional inmediata, como llamar a un teléfono de crisis de salud mental o acudir al servicio de urgencias más cercano.

Si la situación es inminente y crees que puede hacerse daño, no le dejes solo y considera la posibilidad de llamar a los servicios de emergencia. Recurrir al apoyo de otros amigos o familiares de confianza también puede ser beneficioso durante una crisis. Recuerde que su principal objetivo es garantizar su seguridad, y que una intervención a tiempo puede ser un factor crítico para prevenir daños y facilitar su recuperación.

Aunque es posible que experimentes periodos en los que te sientas impotente para hacer algo para ayudar a un ser querido que sufre depresión, estas sencillas formas pueden demostrar que estás ahí para él y que te importa. No existe una solución rápida ni una respuesta fácil para la recuperación, pero contar con una red de afecto y apoyo puede crear un espacio seguro que favorezca la curación.

Referencias