Cómo reconocer la adicción en los adolescentes: 6 señales clave

La adolescencia es un periodo de inmenso crecimiento y cambio, tanto físico como emocional. Sin embargo, también es una época en la que algunos niños pueden ser susceptibles a comportamientos adictivos que pueden tener consecuencias duraderas. Aunque tradicionalmente la palabra adicción se asocia de inmediato con el abuso de sustancias, cualquier comportamiento llevado al extremo puede volverse malsano, como el uso de las redes sociales, los juegos, la preocupación por el peso y el perfeccionismo obsesivo.

Reconocer los signos de adicción en los adolescentes es crucial para que padres, amigos y cuidadores proporcionen apoyo e intervención temprana, y existen síntomas comunes que ayudan a identificar y abordar esos problemas.

Recognizing Addiction in Adolescents: 6 Key Signs

6 síntomas de adicción en adolescentes

Antes de adentrarnos en los posibles signos de adicción, cabe señalar que el estado de ánimo y el comportamiento de los adolescentes pueden ser impredecibles, simplemente debido a los cambios biológicos que se producen en su organismo y a su lucha diaria para hacer frente a emociones y circunstancias a veces abrumadoras.

Por ello, es importante prestar atención a los patrones y cambios de comportamiento junto con otros signos de adicción. Además, los problemas de salud mental suelen ir de la mano de la adicción. Si le preocupa el bienestar mental de un ser querido, puede obtener más información en nuestro artículo Cómo ayudar a un ser querido con depresión.

1. Cambios de humor y de personalidad

Uno de los primeros indicadores de adicción en los adolescentes son los cambios bruscos de personalidad. Los adolescentes que se enfrentan a la adicción suelen mostrar cambios de humor e inestabilidad emocional. El impacto de las conductas adictivas en el sistema de recompensa del cerebro puede provocar una mayor reactividad emocional, lo que se traduce en fluctuaciones repentinas y extremas del estado de ánimo (Gateway Foundation, 2022).

Un adolescente con adicción a los juegos puede volverse irracional y arremeter cuando se le pide que haga una tarea o que acuda a un acto social. Alguien con una adicción a las redes sociales puede mostrar signos de depresión si su actividad en línea no produce la respuesta deseada (Hilliard, 2023).

Los adolescentes pueden oscilar entre periodos de irritabilidad, ansiedad e incluso euforia, lo que dificulta a quienes les rodean predecir o comprender su estado emocional. Estos cambios de comportamiento no sólo reflejan sus luchas internas contra la adicción, sino que también sirven como señales de advertencia que los que les rodean pueden observar para identificar posibles problemas e iniciar la intervención y el apoyo oportunos.

2. Retraimiento social y aislamiento

Un cambio importante que puede ser motivo de preocupación es el alejamiento de los círculos sociales establecidos y el aumento del aislamiento. Los adolescentes con conductas adictivas pueden distanciarse de amigos de toda la vida que no comparten sus nuevos intereses. En su lugar, es posible que sólo se relacionen con personas que compartan su adicción.

Además de los cambios en las asociaciones de pares, los adolescentes con adicción con frecuencia muestran una pérdida de interés en los pasatiempos establecidos. Las actividades que antes les proporcionaban alegría y satisfacción pueden pasar a un segundo plano ante las exigencias de sus conductas adictivas (Felman, 2018). La disminución de la participación en eventos sociales, deportes u otras actividades extracurriculares es una señal de alarma notable.

La desvinculación de estas salidas sociales positivas aísla aún más a los adolescentes de las redes de apoyo que podrían desempeñar un papel crucial para ayudarles a superar los retos de la adicción. Reconocer estos cambios sociales es vital para que los padres y los seres queridos intervengan y dirijan al adolescente hacia conexiones sociales más saludables.

3. Indicadores físicos

La adicción puede manifestarse físicamente, y ciertos signos pueden ser especialmente evidentes si hay abuso de sustancias. Una transformación notable es el descuido de la higiene personal. Los adolescentes inmersos en conductas adictivas pueden dar prioridad a su sustancia o actividad preferida sobre el cuidado personal básico. El aspecto desaliñado, la ropa sin lavar y el descuido general de la higiene personal se convierten en claros indicadores del impacto de la adicción.

La carga física de la adicción puede hacerse evidente a través de cambios de peso poco saludables. Los adolescentes pueden experimentar pérdidas o aumentos repentinos de peso, dependiendo de la naturaleza de su adicción. El abuso de sustancias puede afectar al apetito, provocando fluctuaciones extremas en el peso corporal. La obsesión con la apariencia física puede conducir a un trastorno alimentario que puede causar pérdida de peso potencialmente mortal e incluso dañar los órganos internos (Mayo Clinic, 2018).

Estos cambios pueden servir como señales de advertencia visibles. Estar atento a estos síntomas físicos puede ayudar a iniciar conversaciones sobre la posible presencia de adicción para abordar tanto los aspectos físicos como emocionales del bienestar del niño.

4. Cambios en los patrones de sueño

Los cambios en los patrones de sueño pueden ser indicadores significativos de adicción en los adolescentes. Los adolescentes que luchan contra la adicción pueden experimentar interrupciones en su sueño, lo que provoca cambios notables en la duración y la calidad del mismo.

Algunos individuos pueden lidiar con el insomnio, encontrando difícil iniciar o mantener el sueño debido a los efectos del consumo de sustancias o a la preocupación por las conductas adictivas (Valentino y Volkow, 2019). Por otro lado, otros pueden mostrar un sueño excesivo, utilizándolo como una forma de escape o mecanismo de afrontamiento para evitar enfrentarse a los retos asociados con sus hábitos adictivos.

La adicción se manifiesta a menudo con patrones de sueño irregulares. Un adolescente con adicción a los videojuegos puede permanecer despierto hasta que sale el sol para luego dormir durante el día, o un estudiante que tiene pánico al fracaso puede intentar permanecer despierto durante varios días para poder estudiar una vez más.

Estas alteraciones del sueño pueden intensificar los efectos negativos de la adicción sobre la función cognitiva, el bienestar emocional y la salud en general (Valentino y Volkow, 2019). Reconocer estos cambios en el sueño es esencial para ayudar a restablecer hábitos de sueño saludables y abordar la adicción subyacente.

5. Defensividad y secretismo

La actitud defensiva y el secretismo suelen convertirse en comportamientos habituales en los adolescentes que luchan contra la adicción. A medida que la adicción aprieta sus garras, un adolescente puede ponerse a la defensiva cuando se le pregunta sobre sus actividades o su paradero. Esta actitud defensiva sirve como mecanismo de protección para proteger sus comportamientos adictivos del escrutinio (Gateway Foundation, 2022).

Los adolescentes pueden evitar responder a preguntas directas, desviando la atención de ciertos temas. Pueden hacer todo lo posible por ocultar sus hábitos, ya sea ocultando sustancias, borrando actividades en línea o mintiendo sobre dónde y con quién han estado.

Estos comportamientos dificultan que los padres o amigos inicien conversaciones abiertas y sinceras, pero también pueden indicar la presencia de un problema subyacente que requiere sensibilidad y apoyo. Romper las barreras de negación del adolescente puede ayudar a fomentar un diálogo abierto sobre los retos a los que se enfrenta.

6. Pérdida de control

Un cerebro adicto puede encontrar cada vez más difícil resistirse al impulso de participar en hábitos adictivos, lo que significa un cambio del disfrute voluntario a una necesidad compulsiva de ceder al comportamiento. Un adolescente puede expresar su deseo de reducir o abandonar el consumo, pero se ve incapaz de hacerlo una y otra vez.

"En lugar de una simple y placentera oleada de dopamina, muchas drogas de abuso -como los opioides, la cocaína o la nicotina- hacen que la dopamina inunde la vía de recompensa, 10 veces más que una recompensa natural. El cerebro recuerda esta oleada y la asocia con la sustancia adictiva" (YaleMedicine.com, 2022). Las mismas respuestas pueden darse en los jugadores empedernidos (Kühn et al, 2011) y en los adictos a las redes sociales (Hilliard, 2023).

Por desgracia, la recompensa de la gratificación instantánea disminuye lentamente con el tiempo. Esto puede crear una necesidad compulsiva de aumentar no sólo la frecuencia, sino también la intensidad del siguiente subidón, lo que lleva a un círculo vicioso de comportamientos adictivos que pueden escalar más allá de la capacidad de control del adolescente.

Conclusión

Reconocer la adicción en los adolescentes requiere vigilancia y un enfoque proactivo. Estando atentos a los indicadores conductuales, físicos y sociales, la familia y los amigos pueden desempeñar un papel fundamental en la detección precoz de la adicción. Intervenir rápidamente con comprensión, apoyo y orientación profesional cuando sea necesario puede mejorar significativamente las posibilidades de éxito de la rehabilitación y un futuro más sano para el adolescente.

Obras citadas