El duelo es una respuesta profunda y compleja a la pérdida, que nos transforma de formas que a menudo no podemos predecir. Ya sea por la muerte de un ser querido, una transición vital o el final de una relación importante, el duelo es una experiencia universal que afecta a todos en algún momento.
Comprender el proceso de duelo y cómo apoyarse a uno mismo y a los demás, especialmente a los niños, es crucial para la curación.
¿Qué es el duelo?
El duelo se asocia a menudo con la muerte, pero puede surgir de cualquier pérdida significativa. Puede ser la pérdida de un trabajo, un hogar, una amistad o incluso una forma de vida. Es una respuesta natural a un cambio para el que no estábamos preparados o que no deseábamos.
El duelo no es sólo tristeza; implica una amplia gama de emociones, como conmoción, negación, ira, ansiedad y, a veces, incluso alivio. La experiencia de duelo de cada persona es única, pero los sentimientos que conlleva son universales.
La Dra. Ayanna Abrams, psicóloga clínica licenciada, explica que el duelo está relacionado con una sensación de pérdida en transición. No se trata sólo de llorar la muerte de alguien, sino también de adaptarse a cambios y pérdidas en nuestras vidas. Puede ser cualquier cosa, desde mudarse a una nueva ciudad hasta el final de una relación importante. Es importante reconocer que el duelo es un proceso normal y natural.
¿Cuáles son las etapas del duelo?
El proceso de duelo suele describirse en cinco fases: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Sin embargo, es importante señalar que estas fases no son lineales. El duelo no sigue un camino fijo y las personas pueden ir y venir entre estas emociones, a veces experimentando varias a la vez.
- Denegación: La primera reacción ante una pérdida suele ser la negación. Esta fase actúa como amortiguador, dándonos tiempo para ajustarnos a la realidad de lo que ha ocurrido. Podemos sentirnos entumecidos o en estado de shock, incapaces de procesar la pérdida por completo.
- Ira: A medida que desaparece la negación, es habitual sentir ira. Puede dirigirse contra nosotros mismos, contra los demás o incluso contra la persona que hemos perdido. La ira es una forma de expresar el dolor que sentimos y la injusticia de la situación.
- Negociación: En esta fase, a menudo nos encontramos pensando en lo que podríamos haber hecho de otra manera. Los pensamientos "debería, podría, haría" son intentos de recuperar el control sobre una situación que parece incontrolable.
- Depresión: La constatación de que la pérdida es real e irreversible puede provocar una profunda tristeza. Esta fase suele estar marcada por sentimientos de desesperanza y desesperación a medida que empezamos a comprender el alcance total de nuestra pérdida.
- Aceptación: La aceptación no consiste en estar bien con lo ocurrido, sino en asumir la realidad de la pérdida. Es la fase en la que empezamos a reconstruir nuestras vidas, integrando la pérdida en nuestra nueva realidad.
El Dr. Ted Wiard, terapeuta clínico licenciado y asesor certificado en duelo, subraya que el duelo no es un proceso lineal. Podemos encontrarnos entrando y saliendo de estas fases en diferentes momentos, y eso es perfectamente normal. El objetivo no es avanzar por las fases en un orden determinado, sino permitirnos experimentar y procesar nuestras emociones a medida que surgen.
Cómo ayudar a un niño en duelo
Cuando una familia sufre una pérdida, es importante reconocer que los niños también sufren. Al igual que los adultos, los niños experimentan el duelo a su manera, y sus reacciones pueden variar mucho en función de su edad, personalidad y etapa de desarrollo. Algunos niños pueden querer hablar de sus sentimientos, mientras que otros pueden retraerse o exteriorizarlos (Russell, 2024).
Como padre, es fundamental crear un entorno de apoyo en el que su hijo se sienta seguro para expresar sus emociones. La comunicación abierta es fundamental: hágale saber que no pasa nada por sentirse triste, enfadado o confuso. Anímele a hablar de sus sentimientos, pero no le presione si no está preparado. A veces, basta con estar ahí, escucharle o darle un abrazo reconfortante.
El Dr. Abrams señala que, a medida que los niños crecen y se desarrollan, pueden reprocesar su duelo de forma diferente en las distintas etapas de su vida. Por ejemplo, una pérdida sufrida a una edad temprana puede entenderse desde una nueva perspectiva cuando el niño llega a la adolescencia. Esto significa que el duelo puede resurgir en distintos momentos, y es importante ser paciente y brindar apoyo a medida que el niño atraviesa estos cambios.
Cómo ayudar a su hijo a superar el duelo
Cuando se trata de ayudar a un niño a superar el duelo, es importante ser paciente, comprensivo y brindarle apoyo. Es posible que los niños no siempre tengan palabras para expresar sus sentimientos, así que esté atento a los cambios de comportamiento, como dificultad para concentrarse, problemas para dormir o regresión en el desarrollo. Estos pueden ser signos de que su hijo está luchando con sus emociones (Weir, 2023).
Anima a tu hijo a expresar sus sentimientos de la forma que le parezca más adecuada, ya sea hablando, dibujando o jugando. Esté dispuesto a responder a sus preguntas y hágale saber que no pasa nada por sentir lo que siente. Recuerde que el duelo es un proceso y que su hijo puede necesitar volver a visitar y procesar sus sentimientos a medida que crece.
Formas de afrontar el duelo
Afrontar el duelo es un proceso muy personal y no hay una forma correcta o incorrecta de hacerlo. Lo importante es encontrar formas sanas de procesar las emociones y seguir adelante. Aquí tienes algunas estrategias que pueden ayudarte:
- Compasión por uno mismo: Sé amable contigo mismo. Comprenda que el duelo es un proceso y que no pasa nada por tomarse su tiempo. No hay una fecha límite para la curación, y es normal tener días buenos y días malos.
- Comunicación abierta: Hable de sus sentimientos con amigos de confianza, familiares o un terapeuta. Compartir tus emociones puede ayudarte a procesarlas y a sentirte menos aislado.
- Planificación: Anticipa los días difíciles, como aniversarios o vacaciones, y planifica cómo vas a afrontarlos. No pasa nada por poner límites y decir no a las invitaciones si no estás preparado.
- Comprometerse con el autocuidado: Cuida tu salud física y emocional. Esto puede implicar dar paseos, practicar mindfulness o encontrar actividades que te aporten bienestar y alegría.
Apoyar a alguien que está de duelo puede ser difícil, pero lo más importante que puedes hacer es estar presente. Ofrezca su apoyo, escuche sin juzgar y deje que se aflija a su manera. A veces, lo mejor que puedes hacer es simplemente estar ahí, proporcionando un espacio seguro para que expresen sus emociones.
Avanzar con autocompasión
El duelo es un viaje que no tiene un final claro. Es un proceso de redefinición de nosotros mismos tras la pérdida, de encontrar una forma de seguir adelante honrando al mismo tiempo la memoria de lo que hemos perdido.
Tanto si estás sufriendo tú mismo como si estás apoyando a otra persona, es importante recordar que la curación lleva su tiempo. Ten paciencia, sé amable contigo mismo y sabe que no pasa nada por buscar ayuda cuando la necesites.
Obras citadas
- Russell, Dra. Lucy. "Cuando tu hijo no puede o no quiere hablar de sus sentimientos". They Are The Future, 24 de mayo de 2024, www.theyarethefuture.co.uk/when-your-child-wont-or-cant-talk-about-their-feelings/.
- Weir, Kristen. "Cómo ayudar a los niños a entender y manejar sus emociones". American Psychological Association, Asociación Americana de Psicología, 21 abr. 2023, www.apa.org/topics/parenting/emotion-regulation.
- Wiard, Ted, y Ayanna Abrams. "Dar sentido a tu duelo y al proceso de curación". Parent Guidance, 17 ene. 2024, parentguidance.org/courses/making-sense-of-